viernes, 9 de diciembre de 2016




LAS ROSAS

El género Rosa está compuesto por un conocido grupo de arbustos espinosos y floridos representantes principales de la familia de las rosáceas. Se denomina rosa a la flor de los miembros de este género y rosal a la planta.

El número de especies ronda las 100, la mayoría originarias de Asia y un reducido número nativas de Europa, Norteamérica y África noroccidental. Tanto especies como cultivares e híbridos se cultivan como ornamentales por la belleza y fragancia de su flor; pero también para la extracción de aceite esencial, utilizado en perfumería y cosmética, usos medicinales (fitoterapia) y gastronómicos.

Existe una enorme variedad de cultivares de rosa (más de 30 000) a partir de diversas hibridaciones, y cada año aparecen otros nuevos. Las especies progenitoras mayormente implicadas en los cultivares son: Rosa moschata, Rosa gallica, Rosa damascena, Rosa wichuraiana, Rosa californica y Rosa rugosa. Los cultivadores de rosas o rosalistas del siglo XX se centraron en el tamaño y el color, para producir flores grandes y atractivas, aunque con poco o ningún aroma. Muchas rosas silvestres y «pasadas de moda», por el contrario, tienen una fragancia dulce y fuerte.

Las rosas están entre las flores más comunes vendidas por los floristas. El rosal es una de las plantas más populares de los jardines, incluso existen jardines específicos llamados rosaledas o rosedales, donde se exponen únicamente los miembros del género, cuya variedad es tan extensa que comprende desde rosales miniatura de 10 o 15 cm de altura, hasta grandes arbustos, trepadores que alcanzan varios metros de altura o rastreros utilizados como cubre suelos.




Etimología


Representación de un rosal en la puerta principal de la catedral de Valencia. Inscripción: Qi. plantatio rosa.

En español —y en otras lenguas romances también—, el término «rosa» proviene directamente y sin cambios del latín rosa, con el significado que conocemos: «la rosa» o «la flor del rosal»; devenido del vocablo previo rodia [ródja] —por cambio similar como en: ClauSus por ClauDIus—. Este último arcaísmo latino es, a su vez, prestado —a través del osco— del griego antiguo ρόδον [RhÓDON] «la rosa», «la flor del rosal» o mejor RhODÉA, «el tallo de la rosa», «el sostén de la flor».

A partir del griego antiguo se alude al posible significado de rhódon como «efluvio oloroso», «lo que es fragante», o «lo que desprende olor»; originado como término compuesto: por ροήdon o sino también de wrodion [bródion] en el antiguo dialecto eólico, raíces correspondientes con el persa antiguo VeReDa o V'ReDa (y sus dialectos: avéstico WaRDa, sogdiano WaRD y parto WâR), como una voz irania traspasada desde el sur de Armenia a Frigia y de ahí a Grecia.nota 1 Y previamente de un origen tan antiguo como el arameo wurrdā y hasta del asirio wurtinnu.nota.

En cuanto a la base, el núcleo deriva de una raíz indoeuropea vardh- [wardh], vradh- [wradh], «crecer», «erguir(se)»; donde en sánscrito wardh-as, significa «germinante», y wardhati, «elevar(se)», «prosperar».

Por otra parte, puede ser un derivado de una raíz grecolatina VRAD-, «plegarse», «hacerse flexible». Y por ahí también del griego rodanós, rádinos, y el eólico bradinós, «blando» o «flexible». Color claro.

Rosa también es un término coincidente con varios nombres germánicos que tienen la raíz hrod, con el significado de «gloria».





Descripción


Los rosales son arbustos o trepadoras (a veces colgantes), generalmente espinosos, que alcanzan de 2 a 5 metros de altura, en ocasiones, pueden llegar a los 20 m trepando sobre otras plantas.

Tienen tallos semileñosos, casi siempre erectos (a veces rastreros), algunos de textura rugosa y escamosa. Presentan notables formaciones epidérmicas persistentes, bien desarrolladas y de formas variadas, conocidas como espinas o aguijones. Las hojas pueden ser perennes o caducas, pecioladas e imparipinnadas con 5 a 9 folíolos de borde aserrado y estípulas basales. Es frecuente la presencia de glándulas anexas, odoríferas o no, sobre los márgenes.

Las flores, generalmente aromáticas, se agrupan en inflorescencias racimosas, formando corimbos. Son flores completas, hermafroditas, regulares, con simetría radial (actinomorfas). El perianto está bien desarrollado. El hipanto o receptáculo floral prominente en forma de urna (tálamo cóncavo y profundo). El cáliz es dialisépalo, de 5 piezas de color verde. Los sépalos pueden ser simples o, a veces, de forma compleja con lobulaciones laterales estilizadas. Corola dialipétala, simétrica, formada por 5 pétalos regulares (o múltiplos de 5), a veces escotados, y de variados colores llamativos o sólo blancos. La corola suele ser "doble" o "plena" por transformación de los estambres en pétalos, esto ocurre mayoritariamente en cultivares.

El androceo está compuesto por numerosos estambres dispuestos en espiral (varios verticilos), generalmente en número múltiplo de los pétalos (5x). El gineceo apocárpico (compuesto por varios pistilos separados). Nectario presente, que atrae insectos para favorecer la polinización predominantemente entomófila. Perigina (ovario medio), numerosos carpelos uniovulados (un primordio seminal por cada carpelo), así cada carpelo produce un aquenio.

El fruto es conocido como escaramujo, que corresponde a un tipo de infrutescencia denominada cinorrodón. Está compuesto por múltiples frutos secos pequeños o aquenios (poliaquenio), separados y encerrados en un receptáculo carnoso (hipantio) y de color rojizo vistoso cuando está maduro.




EL LARGO CAMINO DE LAS ROSAS COLOMBIANAS HASTA SAN VALENTÍN


Millones de rosas siguen un largo y cuidadoso camino contrarreloj por tierra y aire desde su cultivo, en los Andes colombianos, hasta las manos de los enamorados que las recibirán como regalo el Día de San Valentín en Estados Unidos.

Esta larga travesía comienza en la sabana de Bogotá, un altiplano del norte de la capital y a unos 2.640 metros sobre el nivel del mar, donde decenas de productores cultivan en invernaderos hasta 250 variedades de rosas de infinitas gamas cromáticas.

Las rojas son las preferidas en San Valentín, por eso en los campos de cultivo que rodean Bogotá se duplica su producción por estas fechas.

"En esta finca, aproximadamente durante las tres semanas de San Valentín (las dos últimas de enero y la primera de febrero) se sacan aproximadamente 16 millones de tallos de rosa", explica a Efe René Romero, jefe de producción de una de esas empresas, Flores Ipanema.

Y es que durante la temporada de San Valentín, Colombia exporta unos 500 millones de flores, principalmente a Estados Unidos, lo que representa el 12 % de las ventas anuales del sector, según la Asociación Colombia de Exportadores de Flores (Asocolflores).

El significado de regalar una rosa el 14 de febrero, Día del Amor y la Amistad, contrasta con la batalla contra el crono que emprenden los cultivadores y transportistas por alargar la vida de ese símbolo universal ya que desde el momento en el que se hace el corte "empieza el proceso de muerte de la flor", asegura Romero.

Por tanto, si desde la siembra hasta que florece la primera rosa se necesitan unas 27 semanas, el envío al cliente final no puede demorarse más de cinco u ocho días, el cual incluye un vuelo de miles kilómetros.

Para evitar su deterioro se lleva a cabo un proceso de hidratación e hibernación después de la cosecha en el que la rosa se duerme de frío, pues pasa de un promedio de 18 grados en el invernadero a un cuarto gélido con entre 0,5 y 3 grados.

"Cuando se baja la temperatura se frena el metabolismo de la flor, queda como frenadita y así como la cortaron se va a mantener", detalla Mónica Moreno, encargada de poscosecha y calidad de Ipanema.



La cadena de frío se mantiene durante toda la travesía, incluidas las bodegas del aeropuerto El Dorado de Bogotá y el interior del avión, hasta que llega a las floristerías, la mayoría ubicadas en Estados Unidos y una pequeña parte (3 %) en España.

En el proceso es necesario despertar a estas "bellas durmientes" durante unos minutos para clasificarlas, hacer los ramos, ponerles el capuchón y empacarlas en una maratoniana y frenética cadena de montaje compuesta por doce cintas transportadoras, una para cada color de rosa, y en la que cada tallo pasa por una docena de manos.

Al día siguiente, toneladas de rosas en cajas de cartón salen rumbo a la terminal de carga del aeropuerto internacional El Dorado, donde "probablemente las flores representen cerca del 90 % de todo lo que se saca del país por vía aérea" en estas fechas.

Así lo asegura Pablo Canales, director ejecutivo de LAN Cargo Colombia, al afirmar que la aerolínea pasa de "estar moviendo cerca de 400 toneladas de flores semanales desde Bogotá a Miami, a más mil toneladas" en San Valentín.

En la terminal también se asegura que la cadena de frío no se rompa, lo que exige un transporte a bajas temperaturas para alargar la muerte lenta e inevitable de los pétalos de rosa, indica Canales.

Una vez cargadas en aviones Boeing 777, a las rosas les espera un vuelo de miles de kilómetros para finalmente lucir turgentes para los enamorados el próximo 14 de febrero.




ROSALES SILVESTRE

Algunas de las especies silvestres más representativas del género Rosa:

Rosa arvensis
Rosa banksiae
Rosa bracteata
Rosa californica
Rosa canina ó dumetorum
Rosa chinensis
Rosa corymbifera
Rosa escribanus
Rosa foetida
Rosa gallica
Rosa gigantea (= R. x odorata gigantea)
Rosa glauca (= R. rubrifolia)
Rosa laevigata (= R. sinica)
Rosa majalis
Rosa micrantha
Rosa moschata
Rosa moyesii
Rosa multiflora
Rosa pimpinellifolia
Rosa pouzinii
Rosa roxburghii
Rosa rubiginosa (R. eglanteria)
Rosa rugosa
Rosa sempervirens
Rosa sericea
Rosa stellata
Rosa virginiana (= R. lucida)
Rosa wichuraiana

Rosales antiguos

Albas
Almizcleñas
Borbonianas
Centifolias
Damascenas
Gállicas
Híbridos reflorecientes
Moschatas
Multifloras
Musgosas
Noisettianas
Perpetuas
Polyanthas
Portland
China


Rosales modernos

Arbustivos
Híbrido de té
Floribunda
Grandifloras
Polyantha
Trepadores
Sarmentosos
Pernetianas
English collection
Robustos canadienses
Miniatura
Tapizantes
Patio

Otros tipos de rosales

Rosal de pie alto o de vara
Rosal llorón ó caído
Rosal paisaje o paisajístico
Rosas de David Austin
Rosas para flor cortada (ramos)




LAS ROSAS EN LA CULTURA

HISTORIA

Su cultivo es antiquísimo  Los primeros híbridos se realizaron entre especies europeas, a las que se les fueron incorporando paulatinamente los genomas de las especies asiáticas. La primera imagen de una especie de Rosa se encuentra en la Isla de Cnossos, Grecia, y corresponde al siglo XVI a. C. La isla de Rhodas, también en Grecia, recibió ese nombre por el cultivo de las rosas; existen monedas de esa isla, de hace 4000 a. C, con imágenes de ellas. Las rosas se cultivaban también en los famosos jardines de Babilonia (2845 a. C.). Fueron muy populares también entre griegos y romanos. En la "Iliada", Afrodita embalsama con aceite de rosas el cuerpo muerto de Héctor. En Sybaris (poblado por los sibaritas, que gustaban de pasarla bien) los habitantes pudientes llenaban sus colchones con pétalos de rosas, de allí la expresión actual de ser criado en un "lecho de rosas".

Evidentemente, ya desde la antigüedad, el cultivo de rosales estaba muy difundido, ya sea como plantas ornamentales como también para provecho de sus propiedades medicinales y aromáticas (perfumería y cosmética).



Los primeros datos de su utilización ornamental se remontan a Creta (siglo XVII a. C.). La rosa era considerada como símbolo de belleza por babilonios, sirios, egipcios, romanos y griegos. En Egipto y Grecia tuvo una especial relevancia, y mucho más en Roma. Los romanos cultivaron la rosa intensamente, siendo utilizados sus pétalos para ornamento, así como la planta en los jardines en una zona denominada Rosetum. Tras la Edad Media, donde su cultivo se restringió a Monasterios, vuelve a surgir la pasión por el cultivo del Rosal. Un ejemplo de esta pasión fue la emperatriz Josefina que a partir de 1802 en su Palacio de la Malmaison llegó a poseer una colección de 650 rosales. Las colecciones de rosas se han multiplicado desde entonces.

A fines de 1700, fue introducida en Europa, R. semperflorens, conocida como Rosa de Bengala, con flores pequeñas agrupadas. Para el comienzo de 1800, fue introducida en Europa, R. indica var. fragans, conocida con el nombre de Rosa de Té, originaria de la China (conocida también como R. chinensis).

La era moderna de las rosas se inicia a partir de 1867 con la creación del primer ejemplar híbrido de té por el productor francés Guillot, quien la llamó: «La France».12 El invento surgió por casualidad, cuando Guillot estaba intentando mejorar una rosa naranja. El resultado fue una flor muy olorosa y con una larga floración, distinta en tamaño y características a las rosas que había hasta entonces. La rosa de té original, anterior a la creación de los híbridos que sucedieron a la invención de Guillot de Francia, era más pequeña, casi sin olor y se producía en una escasa paleta cromática: blanco, rosa y rojo.

Durante el siglo XIX empiezan a llegar variedades del extremo oriente, donde su cultivo fue también muy relevante por los antiguos jardineros chinos (existen datos del cultivo de rosales 3000 a. C.).




Cultura

La rosa ha sido celebradísima en todo tiempo por los poetas y prestado materia a las mitologías y leyendas desde Salomón que veía una rosa en la esposa del Cantar de los cantares, Safo y Anacreonte hasta la delicada comparación de Malherbe:

Fue una rosa y como las rosas vivió el espacio de una mañana.
En la Novela de la rosa, ésta es el premio del amor y del valor. En El asno de oro de Apuleyo, el borrico se vuelve hombre al comer rosas y los poetas han representado a porfía a la Aurora como una joven que esparce rosas. En la mitología indiana, la rosa representa ya el Sol, ya la Aurora, ya el Crespúsculo vespertino.

Una de las tres gracias en Grecia llevaba una rosa en la mano y se decía que la rosa había brotado del pie de Venus al salir algunas gotas de sangre de una picadura que se había causado con una espina. La fábula decía también que la rosa era al principio blanca y se había vuelto encarnada al teñirse con la sangre de Adonis (alusión al paso de la luz blanca alba a la luz rosada aurora). De igual manera que a Venus y Flora, cuyas estatuas se adornaban con guirnaldas de rosas, pertenecía esta flor a Baco y en uno de sus ditirambos invita Píndaro a coronarse de rosas en honor a Dionisos. Muchos pueblos eslavos denominan a la fiesta de la primavera rusdija o fiesta de las rosas.

En algunas leyendas italianas, la rosa es símbolo de virginidad. Contrariamente, las cortesanas de Roma celebraban su fiesta el día 23 de abril[cita requerida] consagrado a Venus Ericina y se mostraban adornadas de rosas y mirtos; en el día de San Jorge en Barcelona, también es costumbre regalar rosas y libros. En los grandes banquetes romanos, los convidados iban coronados de rosas, creyéndose que preservaban de la embriaguez. En otros países, la rosa es un símbolo funerario y de ahí, según algunos, que se planten cipreses y rosales en los cementerios.




LAS ROSAS COLOMBIANAS SE DESTACAN EN EL MES DE MAYO

Para Augusto Solano Mejía, presidente de la Asociación Colombiana de Exportadores de Flores (Asocolflores), esta festividad “es la segunda temporada de exportaciones más importante de la floricultura colombiana, a diferencia de San Valentín que es una fiesta especialmente enfocada en los Estados Unidos y en la comercialización de rosas rojas”.

Adicionalmente, recalca que a celebración del Día de las Madres representa una gran oportunidad para los productores colombianos de exportar otro tipo de flores a diferentes mercados en el mundo.

El dirigente se mostró positivo y para esta temporada los floricultores nacionales repunten de nuevo, teniendo en cuenta que los países competidores en la exportación de flores consiguieron que Colombia redujera el valor de sus exportaciones el año pasado.

Esta festividad, que se celebra casi todo el mundo, es la segunda más beneficiosa para el país, superado tan solo por San Valentín, ya que durante esta temporada, a modo de ejemplo, Estados Unidos importa un 35,74% de rosas colombianas del total que entran al país norteamericano.




“Al igual que San Valentín, una gran parte de las exportaciones de flores nacionales se concentra hacia los Estados Unidos, en donde las rosas y los bouquets tienen una alta aceptación entre los consumidores estadounidenses”.

Rusia es el segundo país al que Colombia exporta un número significativo de flores, aunque las compras rusas en el 2015 cayeron un 21% como resultado del déficit económico de ese país.

A Rusia le siguen países como Japón, Inglaterra, Canadá, Francia, España, y Holanda, que hacen que este sector colombiano sigua siendo competitiva, y las flores colombianas sigan decorando la mayoría de festividades a nivel mundial.


Los ácaros que cuidan las rosas colombianas

Los bichos que muchas personas combaten, han mejorado la productividad de las rosas.

La introducción de un ácaro microscópico, que devora plagas, en los cultivos de rosas ha permitido mejorar la productividad de este mercado en Colombia, uno de los grandes exportadores mundiales de flores.

Los artífices de este desarrollo biotecnológico, denominado Bichópolis, son la ingeniera agroindustrial Yohana Martínez y el administrador de empresas agropecuarias Alex Escobar, un matrimonio que ha conformado un negocio dedicado a la cría de ácaros útiles para el desarrollo de la floricultura.

"Son bichos que se comen a otros bichos". Con estas palabras Martínez explica el resultado de una investigación iniciada en 2010 en la sabana de Bogotá, una planicie a 2.600 metros sobre el nivel del mar y donde se produce una buena parte de las rosas que Colombia exporta.

Esta tecnología se ha probado con éxito en Holanda, Estados Unidos, Egipto e Israel. Y en el caso de Colombia, que en 2012 exportó rosas por 129 millones de dólares, ya ha dado como resultado una mejora de la calidad de la flor y un aumento de la productividad de la planta.



Según Martínez, los químicos y plaguicidas tienen un efecto similar a la quimioterapia: "te quitan el cáncer pero se te cae el pelo, porque estás agrediendo al organismo"; sin embargo, con los ácaros depredadores prácticamente "no existen efectos secundarios".
"Es la naturaleza trabajando", matizó la investigadora, al revelar que las ventajas no solo están en la reducción de los químicos sino en que los seres microscópicos se reproducen rápidamente y pueden "cazar" su presa en el mismo cultivo, una persecución imposible para el plaguicida.

Bichópolis ha aplicado esta solución en 15 fincas de rosales en la sabana de Bogotá, ubicadas en los municipios de Cajicá, Nemocón y Tabio, donde "la disminución de agroquímicos ha sido del 80%", explicó Martínez.

Este desarrollo se ha llevado a cabo en invernaderos que cubren 60 hectáreas y en los próximos dos años estos emprendedores colombianos esperan llegar a buena parte de las 3.000 hectáreas que Colombia tiene sembradas de rosas.

Actualmente hay otras diez fincas en la fase de adopción de la tecnología y en el mediano plazo Bichópolis proyecta aplicar controles similares a partir de la investigación de otras especies que puedan atacar plagas en un ambiente controlado.

"Tenemos un país megabiodiverso que no hemos sabido aprovechar y que tiene un potencial inmenso en el tema de enemigos naturales", comentó la empresaria.

Bichópolis ahora planea atacar la "palomilla" o "mosca blanca", otra plaga presente en los rosales, con un tipo de avispa que pone sus huevos en el insecto plaga.



Para el director técnico de la finca Agrícola El Redil, Guillermo López, esta es una "herramienta de competitividad muy importante", porque la flor cultivada bajo este tratamiento puede entrar con más facilidad en los mercados internacionales, especialmente en Europa.

"Nosotros usamos esta herramienta porque creemos en la producción limpia", agregó López, pues el manejo medioambiental además de mejorar la plantación cuida los suelos.
En su plan para los próximos años Bichópolis prevé exportar sus productos de control biológico y explorar otras especies para otros tipos de cultivos agrícolas como la fresa o el plátano.

"Es totalmente exportable y no solo este (ácaro) sino cualquier bicho que pueda controlar a otro tipo de plagas", explicó Martínez.

Aparte de rosales, en Colombia hay unas 6.800 hectáreas de otras especies de flores que también buscan un hueco en el mercado internacional.


ROSAS COLOMBIANAS, REINAS 

INDESTRONABLES DE SAN VALENTÍN

500 millones de flores colombianas habrían sido despachadas hacia los países que celebran el día de San Valentín.

Podría parecer que la respuesta al por qué las rosas siguen siendo las reinas de las flores es esa frase anónima que dice que  una rosa es un te quiero, pero si es roja es un te amo. Al menos eso consideran los cultivadores y distribuidores de flores en Colombia, quienes aseguran que por eso triunfa por encima de orquídeas, heliconias y margaritas.
Pero si las rosas son, en general, la punta de lanza del mercado de las flores, las colombianas son las indestronables de las exportaciones nacionales.

Tanto Procolombia como la Asociación Colombiana de Exportadores de Flores, Asocolflores, coinciden en esta afirmación y la respaldan al proyectar un volumen cercano a los 500 millones de flores despachadas desde el país y en especial a Estados Unidos para la celebración de San Valentín este próximo 14 de febrero. Y de esa estimación, se calcula que un 70% son cargas de rosas rojas.

“La rosa es la reina de las flores, es la que más gusta, es la que más piden y es la que más se vende en todo el mundo”, dice Jaime Rodríguez, gerente general de Jaroma Roses, una de las floricultoras ubicadas en Gachancipá, Cundinamarca, y quien asegura “solo para esta fecha logramos exportar tres millones de tallos, principalmente hacia Estados Unidos donde la flor nacional es la rosa”.



Según el Dane, entre enero y febrero de 2015 las exportaciones de flores frescas en Colombia sumaron $22,7 millones de dólares y Estados Unidos, con 75% de ese consumo, se convirtió en el mayor comprador.
“San Valentín es la tercera fecha en la que más se venden flores en Estados Unidos, después de diciembre y mayo”, dijo la presidenta de ProColombia, María Claudia Lacouture.

Enero es el segundo mes del año con mayores despachos hacia ese país después de abril cuando se prepara de nuevo la producción para el Día de la Madre, según el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo. Canadá, Reino Unido y Japón son otros de los mercados que más demanda el envío de flores colombianas.

Aun cuando la rosa sea la preferida entre las flores colombianas tipo exportación, otras especies como los claveles, heliconias, crisantemos, margaritas, gladiolos y las alstroemerias son muy solicitadas por compradores del otro lado del mundo como España, Países Bajos y Rusia.

“Las flores entran por los ojos, la calidad de la flor colombiana se nota, en el tamaño de la cabeza y en el grosor del tallo”, explica Martín Uribe, ejecutivo de cuenta de Colibrí Flowers S.A. uno de los  exportadores de claveles en grandes cantidades al lograr poner cerca de 8 millones de tallos en el mercado internacional para esta época.

Pero el calendario y la buena fama de este producto colombiano no es lo único que hace ‘florecer’ a la industria por estos días. “El aumento en la tasa de cambio del dólar hace posible que los floricultores registren ganancias netas de un 50% más en pesos colombianos que el año pasado”, afirma Memphis Viveros, consultor financiero de la firma Creadores de Valor.



“Es decir que si el año pasado una flor se vendía a un dólar, este año el productor recibe casi el doble en pesos colombianos si se mantiene el mismo valor en el mercado”, complementa Viveros quien además vaticina que “la situación a favor de las exportaciones nacionales, como también las de banano y café, podría prolongarse hasta mediados y por qué no finales de este año, teniendo en cuenta el buen momento de la economía estadounidense y el comportamiento alcista del dólar frente a otras monedas”.

El Fenómeno del Niño tampoco ha logrado marchitar con sus implacables efectos en la agricultura colombiana la producción de flores. En regiones como la sabana de Bogotá, donde se concentra el 76% de los cultivos de flores del país, aunque las lluvias disminuyeron nunca escaseó el agua. “Con reservorios sorteamos al Niño porque sin agua ni riego no hay calidad. La única afectación la generó el calentamiento porque adelanta la cosecha pero es manejable. El ciclo de las matas es de 85 días en condiciones normales y por el calor puede completarse en 83, 82 días”, revela Jaime Rodríguez, gerente de Jaroma Roses.

Las flores colombianas compiten a nivel mundial con las de Holanda, Ecuador y Kenia. En 2014 el principal exportador de flores frescas en el mundo fue Holanda con 48,1% de las exportaciones totales, seguido por Colombia (14,1%), Ecuador (8,2%) y Kenia (7,2%). 

Según Asocolflores, Colombia hoy surte el mercado mundial de las flores en un 18%.

Juan Pascual Azorín, propietario de Regalarflores.net, una comercializadora virtual de flores en Europa, confirma “las rosas colombianas son las predilectas porque duran frescas mucho más tiempo que las que se cultivan aquí. Las españolas son más económicas pero nosotros preferimos comprarlas más costosas para dar un servicio de alta calidad. Creemos que es por la altitud en la que se cultivan”.


Día de San Valentín en Norteamérica y algunos países de Europa, San Jordi en España, día de la madre en casi todo el mundo, y la festividad de todos los santos en gran parte de la península Ibérica, sin contar Navidad son algunas de las fechas especiales que garantizarán durante este año el voluminoso despacho al exterior de las flores no “made” sino “planted” in Colombia.