LAS
ROSAS
El género Rosa está
compuesto por un conocido grupo de arbustos espinosos y floridos representantes
principales de la familia de las rosáceas. Se denomina rosa a la flor de los
miembros de este género y rosal a la planta.
El número de especies ronda
las 100, la mayoría originarias de Asia y un reducido número nativas de Europa,
Norteamérica y África noroccidental. Tanto especies como cultivares e híbridos
se cultivan como ornamentales por la belleza y fragancia de su flor; pero
también para la extracción de aceite esencial, utilizado en perfumería y cosmética,
usos medicinales (fitoterapia) y gastronómicos.
Existe una enorme variedad
de cultivares de rosa (más de 30 000) a partir de diversas hibridaciones, y
cada año aparecen otros nuevos. Las especies progenitoras mayormente implicadas
en los cultivares son: Rosa moschata, Rosa gallica, Rosa damascena, Rosa
wichuraiana, Rosa californica y Rosa rugosa. Los cultivadores de rosas o
rosalistas del siglo XX se centraron en el tamaño y el color, para producir
flores grandes y atractivas, aunque con poco o ningún aroma. Muchas rosas
silvestres y «pasadas de moda», por el contrario, tienen una fragancia dulce y
fuerte.
Las rosas están entre las
flores más comunes vendidas por los floristas. El rosal es una de las plantas
más populares de los jardines, incluso existen jardines específicos llamados
rosaledas o rosedales, donde se exponen únicamente los miembros del género,
cuya variedad es tan extensa que comprende desde rosales miniatura de 10 o 15
cm de altura, hasta grandes arbustos, trepadores que alcanzan varios metros de
altura o rastreros utilizados como cubre suelos.
Etimología
Representación de un rosal
en la puerta principal de la catedral de Valencia. Inscripción: Qi. plantatio
rosa.
En español —y en otras
lenguas romances también—, el término «rosa» proviene directamente y sin
cambios del latín rosa, con el significado que conocemos: «la rosa» o «la flor
del rosal»; devenido del vocablo previo rodia [ródja] —por cambio similar como
en: ClauSus por ClauDIus—. Este último arcaísmo latino es, a su vez, prestado
—a través del osco— del griego antiguo ρόδον [RhÓDON] «la rosa», «la flor del
rosal» o mejor RhODÉA, «el tallo de la rosa», «el sostén de la flor».
A partir del griego antiguo
se alude al posible significado de rhódon como «efluvio oloroso», «lo que es
fragante», o «lo que desprende olor»; originado como término compuesto: por
ροήdon o sino también de wrodion [bródion] en el antiguo dialecto eólico,
raíces correspondientes con el persa antiguo VeReDa o V'ReDa (y sus dialectos:
avéstico WaRDa, sogdiano WaRD y parto WâR), como una voz irania traspasada
desde el sur de Armenia a Frigia y de ahí a Grecia.nota 1 Y previamente de un
origen tan antiguo como el arameo wurrdā y hasta del asirio wurtinnu.nota.
En cuanto a la base, el
núcleo deriva de una raíz indoeuropea vardh- [wardh], vradh- [wradh], «crecer»,
«erguir(se)»; donde en sánscrito wardh-as, significa «germinante», y wardhati,
«elevar(se)», «prosperar».
Por otra parte, puede ser un
derivado de una raíz grecolatina VRAD-, «plegarse», «hacerse flexible». Y por
ahí también del griego rodanós, rádinos, y el eólico bradinós, «blando» o
«flexible». Color claro.
Rosa también es un término
coincidente con varios nombres germánicos que tienen la raíz hrod, con el
significado de «gloria».
Descripción
Los rosales son arbustos o
trepadoras (a veces colgantes), generalmente espinosos, que alcanzan de 2 a 5
metros de altura, en ocasiones, pueden llegar a los 20 m trepando sobre otras
plantas.
Tienen tallos semileñosos,
casi siempre erectos (a veces rastreros), algunos de textura rugosa y escamosa.
Presentan notables formaciones epidérmicas persistentes, bien desarrolladas y
de formas variadas, conocidas como espinas o aguijones. Las hojas pueden ser
perennes o caducas, pecioladas e imparipinnadas con 5 a 9 folíolos de borde
aserrado y estípulas basales. Es frecuente la presencia de glándulas anexas,
odoríferas o no, sobre los márgenes.
Las flores, generalmente
aromáticas, se agrupan en inflorescencias racimosas, formando corimbos. Son
flores completas, hermafroditas, regulares, con simetría radial (actinomorfas).
El perianto está bien desarrollado. El hipanto o receptáculo floral prominente
en forma de urna (tálamo cóncavo y profundo). El cáliz es dialisépalo, de 5
piezas de color verde. Los sépalos pueden ser simples o, a veces, de forma
compleja con lobulaciones laterales estilizadas. Corola dialipétala, simétrica,
formada por 5 pétalos regulares (o múltiplos de 5), a veces escotados, y de
variados colores llamativos o sólo blancos. La corola suele ser
"doble" o "plena" por transformación de los estambres en
pétalos, esto ocurre mayoritariamente en cultivares.
El androceo está compuesto
por numerosos estambres dispuestos en espiral (varios verticilos), generalmente
en número múltiplo de los pétalos (5x). El gineceo apocárpico (compuesto por
varios pistilos separados). Nectario presente, que atrae insectos para favorecer
la polinización predominantemente entomófila. Perigina (ovario medio),
numerosos carpelos uniovulados (un primordio seminal por cada carpelo), así
cada carpelo produce un aquenio.
El fruto es conocido como
escaramujo, que corresponde a un tipo de infrutescencia denominada cinorrodón.
Está compuesto por múltiples frutos secos pequeños o aquenios (poliaquenio),
separados y encerrados en un receptáculo carnoso (hipantio) y de color rojizo
vistoso cuando está maduro.
EL
LARGO CAMINO DE LAS ROSAS COLOMBIANAS HASTA SAN VALENTÍN
Millones de rosas siguen un
largo y cuidadoso camino contrarreloj por tierra y aire desde su cultivo, en
los Andes colombianos, hasta las manos de los enamorados que las recibirán como
regalo el Día de San Valentín en Estados Unidos.
Esta larga travesía comienza
en la sabana de Bogotá, un altiplano del norte de la capital y a unos 2.640
metros sobre el nivel del mar, donde decenas de productores cultivan en
invernaderos hasta 250 variedades de rosas de infinitas gamas cromáticas.
Las rojas son las preferidas
en San Valentín, por eso en los campos de cultivo que rodean Bogotá se duplica
su producción por estas fechas.
"En esta finca,
aproximadamente durante las tres semanas de San Valentín (las dos últimas de
enero y la primera de febrero) se sacan aproximadamente 16 millones de tallos
de rosa", explica a Efe René Romero, jefe de producción de una de esas
empresas, Flores Ipanema.
Y es que durante la
temporada de San Valentín, Colombia exporta unos 500 millones de flores,
principalmente a Estados Unidos, lo que representa el 12 % de las ventas
anuales del sector, según la Asociación Colombia de Exportadores de Flores
(Asocolflores).
El significado de regalar
una rosa el 14 de febrero, Día del Amor y la Amistad, contrasta con la batalla
contra el crono que emprenden los cultivadores y transportistas por alargar la
vida de ese símbolo universal ya que desde el momento en el que se hace el
corte "empieza el proceso de muerte de la flor", asegura Romero.
Por tanto, si desde la
siembra hasta que florece la primera rosa se necesitan unas 27 semanas, el
envío al cliente final no puede demorarse más de cinco u ocho días, el cual
incluye un vuelo de miles kilómetros.
Para evitar su deterioro se
lleva a cabo un proceso de hidratación e hibernación después de la cosecha en
el que la rosa se duerme de frío, pues pasa de un promedio de 18 grados en el
invernadero a un cuarto gélido con entre 0,5 y 3 grados.
"Cuando se baja la
temperatura se frena el metabolismo de la flor, queda como frenadita y así como
la cortaron se va a mantener", detalla Mónica Moreno, encargada de
poscosecha y calidad de Ipanema.
La cadena de frío se
mantiene durante toda la travesía, incluidas las bodegas del aeropuerto El
Dorado de Bogotá y el interior del avión, hasta que llega a las floristerías,
la mayoría ubicadas en Estados Unidos y una pequeña parte (3 %) en España.
En el proceso es necesario
despertar a estas "bellas durmientes" durante unos minutos para
clasificarlas, hacer los ramos, ponerles el capuchón y empacarlas en una
maratoniana y frenética cadena de montaje compuesta por doce cintas
transportadoras, una para cada color de rosa, y en la que cada tallo pasa por
una docena de manos.
Al día siguiente, toneladas
de rosas en cajas de cartón salen rumbo a la terminal de carga del aeropuerto
internacional El Dorado, donde "probablemente las flores representen cerca
del 90 % de todo lo que se saca del país por vía aérea" en estas fechas.
Así lo asegura Pablo
Canales, director ejecutivo de LAN Cargo Colombia, al afirmar que la aerolínea
pasa de "estar moviendo cerca de 400 toneladas de flores semanales desde
Bogotá a Miami, a más mil toneladas" en San Valentín.
En la terminal también se
asegura que la cadena de frío no se rompa, lo que exige un transporte a bajas
temperaturas para alargar la muerte lenta e inevitable de los pétalos de rosa,
indica Canales.
Una vez cargadas en aviones
Boeing 777, a las rosas les espera un vuelo de miles de kilómetros para
finalmente lucir turgentes para los enamorados el próximo 14 de febrero.
ROSALES
SILVESTRE
Algunas de las especies silvestres más representativas
del género Rosa:
Rosa arvensis
Rosa banksiae
Rosa bracteata
Rosa californica
Rosa canina ó dumetorum
Rosa chinensis
Rosa corymbifera
Rosa escribanus
Rosa foetida
Rosa gallica
Rosa gigantea (= R. x odorata gigantea)
Rosa glauca (= R. rubrifolia)
Rosa laevigata (= R. sinica)
Rosa majalis
Rosa micrantha
Rosa moschata
Rosa moyesii
Rosa multiflora
Rosa pimpinellifolia
Rosa pouzinii
Rosa roxburghii
Rosa rubiginosa (R. eglanteria)
Rosa rugosa
Rosa sempervirens
Rosa sericea
Rosa stellata
Rosa virginiana (= R. lucida)
Rosa wichuraiana
Rosales
antiguos
Albas
Almizcleñas
Borbonianas
Centifolias
Damascenas
Gállicas
Híbridos reflorecientes
Moschatas
Multifloras
Musgosas
Noisettianas
Perpetuas
Polyanthas
Portland
China
Té
Rosales
modernos
Arbustivos
Híbrido de té
Floribunda
Grandifloras
Polyantha
Trepadores
Sarmentosos
Pernetianas
English collection
Robustos canadienses
Miniatura
Tapizantes
Patio
Otros
tipos de rosales
Rosal de pie alto o de vara
Rosal llorón ó caído
Rosal paisaje o paisajístico
Rosas de David Austin
Rosas para flor cortada (ramos)
LAS
ROSAS EN LA CULTURA
HISTORIA
Su cultivo es antiquísimo Los primeros híbridos se realizaron entre
especies europeas, a las que se les fueron incorporando paulatinamente los
genomas de las especies asiáticas. La primera imagen de una especie de Rosa se
encuentra en la Isla de Cnossos, Grecia, y corresponde al siglo XVI a. C. La
isla de Rhodas, también en Grecia, recibió ese nombre por el cultivo de las
rosas; existen monedas de esa isla, de hace 4000 a. C, con imágenes de ellas.
Las rosas se cultivaban también en los famosos jardines de Babilonia (2845 a.
C.). Fueron muy populares también entre griegos y romanos. En la
"Iliada", Afrodita embalsama con aceite de rosas el cuerpo muerto de
Héctor. En Sybaris (poblado por los sibaritas, que gustaban de pasarla bien)
los habitantes pudientes llenaban sus colchones con pétalos de rosas, de allí
la expresión actual de ser criado en un "lecho de rosas".
Evidentemente, ya desde la
antigüedad, el cultivo de rosales estaba muy difundido, ya sea como plantas
ornamentales como también para provecho de sus propiedades medicinales y
aromáticas (perfumería y cosmética).
Los primeros datos de su
utilización ornamental se remontan a Creta (siglo XVII a. C.). La rosa era
considerada como símbolo de belleza por babilonios, sirios, egipcios, romanos y
griegos. En Egipto y Grecia tuvo una especial relevancia, y mucho más en Roma.
Los romanos cultivaron la rosa intensamente, siendo utilizados sus pétalos para
ornamento, así como la planta en los jardines en una zona denominada Rosetum.
Tras la Edad Media, donde su cultivo se restringió a Monasterios, vuelve a
surgir la pasión por el cultivo del Rosal. Un ejemplo de esta pasión fue la
emperatriz Josefina que a partir de 1802 en su Palacio de la Malmaison llegó a
poseer una colección de 650 rosales. Las colecciones de rosas se han
multiplicado desde entonces.
A fines de 1700, fue
introducida en Europa, R. semperflorens, conocida como Rosa de Bengala, con
flores pequeñas agrupadas. Para el comienzo de 1800, fue introducida en Europa,
R. indica var. fragans, conocida con el nombre de Rosa de Té, originaria de la
China (conocida también como R. chinensis).
La era moderna de las rosas
se inicia a partir de 1867 con la creación del primer ejemplar híbrido de té
por el productor francés Guillot, quien la llamó: «La France».12 El invento
surgió por casualidad, cuando Guillot estaba intentando mejorar una rosa
naranja. El resultado fue una flor muy olorosa y con una larga floración,
distinta en tamaño y características a las rosas que había hasta entonces. La
rosa de té original, anterior a la creación de los híbridos que sucedieron a la
invención de Guillot de Francia, era más pequeña, casi sin olor y se producía
en una escasa paleta cromática: blanco, rosa y rojo.
Durante el siglo XIX
empiezan a llegar variedades del extremo oriente, donde su cultivo fue también
muy relevante por los antiguos jardineros chinos (existen datos del cultivo de
rosales 3000 a. C.).
Cultura
La rosa ha sido
celebradísima en todo tiempo por los poetas y prestado materia a las mitologías
y leyendas desde Salomón que veía una rosa en la esposa del Cantar de los
cantares, Safo y Anacreonte hasta la delicada comparación de Malherbe:
Fue una rosa y como las
rosas vivió el espacio de una mañana.
En la Novela de la rosa,
ésta es el premio del amor y del valor. En El asno de oro de Apuleyo, el
borrico se vuelve hombre al comer rosas y los poetas han representado a porfía
a la Aurora como una joven que esparce rosas. En la mitología indiana, la rosa
representa ya el Sol, ya la Aurora, ya el Crespúsculo vespertino.
Una de las tres gracias en
Grecia llevaba una rosa en la mano y se decía que la rosa había brotado del pie
de Venus al salir algunas gotas de sangre de una picadura que se había causado
con una espina. La fábula decía también que la rosa era al principio blanca y
se había vuelto encarnada al teñirse con la sangre de Adonis (alusión al paso
de la luz blanca alba a la luz rosada aurora). De igual manera que a Venus y
Flora, cuyas estatuas se adornaban con guirnaldas de rosas, pertenecía esta
flor a Baco y en uno de sus ditirambos invita Píndaro a coronarse de rosas en
honor a Dionisos. Muchos pueblos eslavos denominan a la fiesta de la primavera
rusdija o fiesta de las rosas.
En algunas leyendas
italianas, la rosa es símbolo de virginidad. Contrariamente, las cortesanas de
Roma celebraban su fiesta el día 23 de abril[cita requerida] consagrado a Venus
Ericina y se mostraban adornadas de rosas y mirtos; en el día de San Jorge en
Barcelona, también es costumbre regalar rosas y libros. En los grandes
banquetes romanos, los convidados iban coronados de rosas, creyéndose que
preservaban de la embriaguez. En otros países, la rosa es un símbolo funerario y
de ahí, según algunos, que se planten cipreses y rosales en los cementerios.
LAS
ROSAS COLOMBIANAS SE DESTACAN EN EL MES DE MAYO
Para Augusto Solano Mejía,
presidente de la Asociación Colombiana de Exportadores de Flores
(Asocolflores), esta festividad “es la segunda temporada de exportaciones más
importante de la floricultura colombiana, a diferencia de San Valentín que es
una fiesta especialmente enfocada en los Estados Unidos y en la
comercialización de rosas rojas”.
Adicionalmente, recalca que
a celebración del Día de las Madres representa una gran oportunidad para los
productores colombianos de exportar otro tipo de flores a diferentes mercados
en el mundo.
El dirigente se mostró
positivo y para esta temporada los floricultores nacionales repunten de nuevo,
teniendo en cuenta que los países competidores en la exportación de flores
consiguieron que Colombia redujera el valor de sus exportaciones el año pasado.
Esta festividad, que se
celebra casi todo el mundo, es la segunda más beneficiosa para el país,
superado tan solo por San Valentín, ya que durante esta temporada, a modo de
ejemplo, Estados Unidos importa un 35,74% de rosas colombianas del total que
entran al país norteamericano.
“Al igual que San Valentín,
una gran parte de las exportaciones de flores nacionales se concentra hacia los
Estados Unidos, en donde las rosas y los bouquets tienen una alta aceptación
entre los consumidores estadounidenses”.
Rusia es el segundo país al
que Colombia exporta un número significativo de flores, aunque las compras
rusas en el 2015 cayeron un 21% como resultado del déficit económico de ese
país.
A Rusia le siguen países
como Japón, Inglaterra, Canadá, Francia, España, y Holanda, que hacen que este
sector colombiano sigua siendo competitiva, y las flores colombianas sigan
decorando la mayoría de festividades a nivel mundial.
Los
ácaros que cuidan las rosas colombianas
Los
bichos que muchas personas combaten, han mejorado la productividad de las
rosas.
La introducción de un ácaro
microscópico, que devora plagas, en los cultivos de rosas ha permitido mejorar
la productividad de este mercado en Colombia, uno de los grandes exportadores
mundiales de flores.
Los artífices de este
desarrollo biotecnológico, denominado Bichópolis, son la ingeniera
agroindustrial Yohana Martínez y el administrador de empresas agropecuarias
Alex Escobar, un matrimonio que ha conformado un negocio dedicado a la cría de
ácaros útiles para el desarrollo de la floricultura.
"Son bichos que se
comen a otros bichos". Con estas palabras Martínez explica el resultado de
una investigación iniciada en 2010 en la sabana de Bogotá, una planicie a 2.600
metros sobre el nivel del mar y donde se produce una buena parte de las rosas
que Colombia exporta.
Esta tecnología se ha
probado con éxito en Holanda, Estados Unidos, Egipto e Israel. Y en el caso de
Colombia, que en 2012 exportó rosas por 129 millones de dólares, ya ha dado
como resultado una mejora de la calidad de la flor y un aumento de la
productividad de la planta.
Según Martínez, los químicos
y plaguicidas tienen un efecto similar a la quimioterapia: "te quitan el
cáncer pero se te cae el pelo, porque estás agrediendo al organismo"; sin
embargo, con los ácaros depredadores prácticamente "no existen efectos
secundarios".
"Es la naturaleza
trabajando", matizó la investigadora, al revelar que las ventajas no solo
están en la reducción de los químicos sino en que los seres microscópicos se
reproducen rápidamente y pueden "cazar" su presa en el mismo cultivo,
una persecución imposible para el plaguicida.
Bichópolis ha aplicado esta
solución en 15 fincas de rosales en la sabana de Bogotá, ubicadas en los
municipios de Cajicá, Nemocón y Tabio, donde "la disminución de
agroquímicos ha sido del 80%", explicó Martínez.
Este desarrollo se ha
llevado a cabo en invernaderos que cubren 60 hectáreas y en los próximos dos
años estos emprendedores colombianos esperan llegar a buena parte de las 3.000
hectáreas que Colombia tiene sembradas de rosas.
Actualmente hay otras diez
fincas en la fase de adopción de la tecnología y en el mediano plazo Bichópolis
proyecta aplicar controles similares a partir de la investigación de otras
especies que puedan atacar plagas en un ambiente controlado.
"Tenemos un país
megabiodiverso que no hemos sabido aprovechar y que tiene un potencial inmenso
en el tema de enemigos naturales", comentó la empresaria.
Bichópolis ahora planea
atacar la "palomilla" o "mosca blanca", otra plaga presente
en los rosales, con un tipo de avispa que pone sus huevos en el insecto plaga.
Para el director técnico de
la finca Agrícola El Redil, Guillermo López, esta es una "herramienta de
competitividad muy importante", porque la flor cultivada bajo este
tratamiento puede entrar con más facilidad en los mercados internacionales,
especialmente en Europa.
"Nosotros usamos esta
herramienta porque creemos en la producción limpia", agregó López, pues el
manejo medioambiental además de mejorar la plantación cuida los suelos.
En su plan para los próximos
años Bichópolis prevé exportar sus productos de control biológico y explorar
otras especies para otros tipos de cultivos agrícolas como la fresa o el
plátano.
"Es totalmente
exportable y no solo este (ácaro) sino cualquier bicho que pueda controlar a
otro tipo de plagas", explicó Martínez.
Aparte de rosales, en
Colombia hay unas 6.800 hectáreas de otras especies de flores que también
buscan un hueco en el mercado internacional.
ROSAS
COLOMBIANAS, REINAS
INDESTRONABLES DE SAN VALENTÍN
500 millones de flores colombianas habrían sido
despachadas hacia los países que celebran el día de San Valentín.
Podría parecer que la respuesta al por qué las rosas
siguen siendo las reinas de las flores es esa frase anónima que dice que una rosa es un te quiero, pero si es roja es
un te amo. Al menos eso consideran los cultivadores y distribuidores de flores
en Colombia, quienes aseguran que por eso triunfa por encima de orquídeas,
heliconias y margaritas.
Pero si las rosas son, en general, la punta de lanza del
mercado de las flores, las colombianas son las indestronables de las
exportaciones nacionales.
Tanto Procolombia como la Asociación Colombiana de
Exportadores de Flores, Asocolflores, coinciden en esta afirmación y la
respaldan al proyectar un volumen cercano a los 500 millones de flores
despachadas desde el país y en especial a Estados Unidos para la celebración de
San Valentín este próximo 14 de febrero. Y de esa estimación, se calcula que un
70% son cargas de rosas rojas.
“La rosa es la reina de las flores, es la que más gusta,
es la que más piden y es la que más se vende en todo el mundo”, dice Jaime
Rodríguez, gerente general de Jaroma Roses, una de las floricultoras ubicadas
en Gachancipá, Cundinamarca, y quien asegura “solo para esta fecha logramos
exportar tres millones de tallos, principalmente hacia Estados Unidos donde la
flor nacional es la rosa”.
Según el Dane, entre enero y febrero de 2015 las
exportaciones de flores frescas en Colombia sumaron $22,7 millones de dólares y
Estados Unidos, con 75% de ese consumo, se convirtió en el mayor comprador.
“San Valentín es la tercera fecha en la que más se venden
flores en Estados Unidos, después de diciembre y mayo”, dijo la presidenta de
ProColombia, María Claudia Lacouture.
Enero es el segundo mes del año con mayores despachos
hacia ese país después de abril cuando se prepara de nuevo la producción para
el Día de la Madre, según el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo.
Canadá, Reino Unido y Japón son otros de los mercados que más demanda el envío
de flores colombianas.
Aun cuando la rosa sea la preferida entre las flores
colombianas tipo exportación, otras especies como los claveles, heliconias,
crisantemos, margaritas, gladiolos y las alstroemerias son muy solicitadas por
compradores del otro lado del mundo como España, Países Bajos y Rusia.
“Las flores entran por los ojos, la calidad de la flor
colombiana se nota, en el tamaño de la cabeza y en el grosor del tallo”,
explica Martín Uribe, ejecutivo de cuenta de Colibrí Flowers S.A. uno de
los exportadores de claveles en grandes
cantidades al lograr poner cerca de 8 millones de tallos en el mercado
internacional para esta época.
Pero el calendario y la buena fama de este producto
colombiano no es lo único que hace ‘florecer’ a la industria por estos días.
“El aumento en la tasa de cambio del dólar hace posible que los floricultores
registren ganancias netas de un 50% más en pesos colombianos que el año
pasado”, afirma Memphis Viveros, consultor financiero de la firma Creadores de
Valor.
“Es decir que si el año pasado una flor se vendía a un
dólar, este año el productor recibe casi el doble en pesos colombianos si se
mantiene el mismo valor en el mercado”, complementa Viveros quien además
vaticina que “la situación a favor de las exportaciones nacionales, como
también las de banano y café, podría prolongarse hasta mediados y por qué no
finales de este año, teniendo en cuenta el buen momento de la economía
estadounidense y el comportamiento alcista del dólar frente a otras monedas”.
El Fenómeno del Niño tampoco ha logrado marchitar con sus
implacables efectos en la agricultura colombiana la producción de flores. En
regiones como la sabana de Bogotá, donde se concentra el 76% de los cultivos de
flores del país, aunque las lluvias disminuyeron nunca escaseó el agua. “Con
reservorios sorteamos al Niño porque sin agua ni riego no hay calidad. La única
afectación la generó el calentamiento porque adelanta la cosecha pero es
manejable. El ciclo de las matas es de 85 días en condiciones normales y por el
calor puede completarse en 83, 82 días”, revela Jaime Rodríguez, gerente de
Jaroma Roses.
Las flores colombianas compiten a nivel mundial con las
de Holanda, Ecuador y Kenia. En 2014 el principal exportador de flores frescas
en el mundo fue Holanda con 48,1% de las exportaciones totales, seguido por
Colombia (14,1%), Ecuador (8,2%) y Kenia (7,2%).
Según Asocolflores, Colombia
hoy surte el mercado mundial de las flores en un 18%.
Juan Pascual Azorín, propietario de Regalarflores.net,
una comercializadora virtual de flores en Europa, confirma “las rosas
colombianas son las predilectas porque duran frescas mucho más tiempo que las
que se cultivan aquí. Las españolas son más económicas pero nosotros preferimos
comprarlas más costosas para dar un servicio de alta calidad. Creemos que es
por la altitud en la que se cultivan”.
Día de San Valentín en Norteamérica y algunos países de
Europa, San Jordi en España, día de la madre en casi todo el mundo, y la
festividad de todos los santos en gran parte de la península Ibérica, sin
contar Navidad son algunas de las fechas especiales que garantizarán durante este
año el voluminoso despacho al exterior de las flores no “made” sino “planted”
in Colombia.